2/ 50 Mujer Araña
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Yo soy la estrella elegida por Dios - etimológicamente -
Soy la mujer araña, según mi primera impresión en desconocidos-.
Soy la incómoda, la observadora, la extraña.
Yo soy la mujer que muchas veces hace cosas sin querer hacerlas.
A veces soy la Agradable. La que colma de atenciones, la perfecta hospitalidad, el hogar. Otras soy la energumena, la violenta, la que discute. La que es pesada, malhumorada, inquieta y sarcástica. Soy la que grita, soy la que llora, soy la que espera.
La soñadora.
A veces -muchas veces- soy la que se esconde; la ermitaña; la que analiza, la que escribe, piensa y no actúa.
Me gustaría ser la congruente, la que con su ejemplo se acerca a sus sueños, la que no se detiene, la que apoya, la que nutre, la que crea. Sí, sí quiero crear, quiero vivir de la creatividad, de mis dones, de mis talentos… reencontrarme, pivotar y reencontrarme con quien creía ser, o mejor demostrarme que aún puedo reinventarme, que aún hay por qué soñar.
Quisiera creearme una nueva narrativa, aquella en la que no me creo ser lo que dijeron de mi, si no que me demuestro que soy más que las etiquetas de aquellos deseos incumplidos, de aquellos miedos ajenos a no encajar, de creer que no puedo por mi misma, y que no hay un sitio para mi si no me cuadro. Quiero ser más amable conmigo misma para poder escuchar otras palabras y otras voces, para oirme más tranquila, más amorosa.
Quisiera encontrar las palabras para curarme de encierro. Quisiera que el sana sana curara con sus rimas la decepción, la vergüenza de ya no ser, de no saber que hacer con la incertidumbre. Quisiera recordar cuál fue el momento en el que perdí el contacto con mi escencia, y decidí venir aquí sin recordar mi propio camino…
Retomo este escrito con más salud y veo lo que dejé atrás: mi propio encierro. Salgo y me elevo por encima de el error y comienzo por retomar mi congruencia: serme fiel a mi misma.
Me veo más entera, más juiciosa.
No me gusta desvelarme (antes sí) ya casi no bebo (alcohol) ya casi no me encierro (casi)
Ahora aprecio el silencio, los escritos y la música al hacerme café, al rendirle culto a mis ancestros, al crear espacios de meditación al rededor del cocinar.
No me gusta la gente homofóbica, ni la que predica con el odio. No me gustan los machos, ni los alfa ni los beta, gamma zeta….
No me gusta la gente que no sabe reconocer lo importante de los silencios ni respetar las pausas.
Me gustaría rodearme de alguien en que quisiera convertirme. Alguien más parecido a lo que para mi significa paz.
Alguien que ama ser la mujer araña.
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