Falso cumplido.

Somos tan poca cosa con nuestro sentido de inseguridad y de inferioridad

queriendo ayudar y salvar a hombres insalvables;

que no nos necesitan, pero nos volvemos indispensables para que nos sintamos mejor…

Somos tan tontas con nuestro complejo de inferioridad,

que buscamos a alguien mas jodido para no encargarnos de nosotras.

Y nos volvemos “tapete, salvación y centro”, entre comillas porque más que salvación

son nuestros parásitos para sobrevivir

y nos gusta esa relación parásita

Codependiente

gris

triste

pero al menos

objetivamente bien cumplido.

MARIELA SANTONI